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viernes, 12 de febrero de 2021

La verbena - Minicuento

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Estaba recostado al puente a la salida del pueblo.
—¿Dónde vas sin mantón de Manila? Me dijo al verme pasar cargando mi maleta.
—A lucirme y a ver La Verbena, y a esperar lo que venga después. Le contesté sin mirarlo y seguí.
—¡Aquí te espero! Me gritó, sin mover un pie.

Diez años después, de regreso, volví a cruzar el puente. Él tomaba una cerveza en el bar de José Escudero.
--¿Y? Me preguntó al verme pasar de vuelta, cargando mi maleta.
--No vino nadie, le contesté y seguí.

Terminó su cerveza, tiró una moneda sobre la barra. Con una mano tomó mi maleta. Con la otra rodeó mi cintura.
---Te dije que te esperaría. Susurró a mi oído. Acompasó su paso a mi paso.

Y era cálida y firme, su mano en mi cintura.

    
Ada Vega, edición 2016.  

viernes, 30 de septiembre de 2016

La verbena - Minicuento



Estaba recostado al puente a la salida del pueblo.

—¿Donde vas sin mantón de Manila? —me dijo al verme pasar cargando mi maleta.

—A lucirme y a ver la Verbena, y a esperar lo que venga después —le contesté sin mirarlo.

—¡Aquí te espero! —me gritó, y seguí. Diez años después, de regreso, volví a cruzar el puente cargando mi maleta. Él tomaba una cerveza en el bar de José Escudero.

—¿Y? —Me dijo al verme pasar.

—Nunca vino nadie. — Le contesté sin mirarlo. Tiró una moneda sobre la mesa. Con una mano tomó mi maleta. Con la otra rodeó mi cintura.
---Te dije que te esperaría ---susurró a mi oído. Acompasó su paso a mi paso. Y era cálida y firme, su mano en mi cintura.


Ada Vega, 2016 - http://adavega1936.blogspot.com.uy/

miércoles, 28 de septiembre de 2016

La verbena - Mini cuento

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Estaba recostado al puente a la salida del pueblo.

—¿Dónde vas sin mantón de Manila? 
Me dijo al verme pasar cargando mi maleta.
—A lucirme y a ver La Verbena, y a esperar lo que venga después. Le contesté
 sin mirarlo y seguí.
—¡Aquí te espero! Me gritó, sin mover un pie.
 
Diez años después, de regreso, volví a cruzar el puente. Él tomaba una cerveza
 en el bar de José Escudero.
--¿Y? Me preguntó al verme pasar de vuelta, cargando mi maleta.
--No vino nadie, le contesté y seguí.
Terminó su cerveza,  tiró una moneda sobre el mostrador. Con una mano tomó mi
 maleta. Con la otra rodeó mi cintura. 
 ---Te dije que te esperaría. Susurró a mi oído. Acompasó su paso a mi paso.
 Y era cálida y firme, su mano en mi cintura.

    Ada Vega, edición 2016.