Amigos, a envejecer se llega, no importa si quieres o no quieres ser viejo/a, es gratis y ni cuenta te das. El asunto es pasar más de 50 años en compañía de un señor que cada día conoces menos después de haber compartido con él, el pan el vino, la cama y el baño durante toda nuestra vida útil. Verán, hoy yo cantaba en la cocina mientras preparaba el almuerzo:
—“Te recuerdo Amalia…
—Amanda.
—“la calle mojada…”
—¡Amanda!
—“corriendo a la fábrica…
—¡¡Amanda, Amanda!!
—¡¡¡Qué querés!!!
—¡Que se llamaba Amanda, no Amalia!
—¿Y qué importa eso?
—Que si vas a cantar por lo menos no cambies la letra de la canción!
—¿Por qué, me están grabando de CNN?
—No, es por ética.
—¿Quién es esa?
—Mmm.
—“…donde trabajaba Miguel.
—Manuel.
—“La sonrisa ancha
La lluvia en el pelo…
—¡Manuel!
— “No importaba nada
Ibas a encontrarte con él, con él,
—¡Manuel!
—con él,
—¡¡Manuel!!
—con él,
—¡¡MANUEL!!
—con él.
—¡¡¡MANUEL!!!
—con él”.
Y así.
Ada Vega - 2020
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